Poemas de mi bisabuelo

Poemas de Carlos Fletes Sáenz

Senderos

Senderos fue publicado en la ciudad de Guatemala en 1944.

Es un libro que combina prosa breve y teatro.

La Abuela Ausente

Hoy no salió abuelita a jugar con los niños. Anoche todavía, rodeada de ellos, había terminado su cuento... "el príncipe se casó con ella, y todos fueron felices; pero no e vine aquí a servirles de abuleita y a contarles cuentos".

Hoy abuelita no dejó su nido. El viento frío ha venido enredado entre alientos de pajarillos entumecidos. El viento frío, húmedo de presagios.

¿Qué pasos ahogados se insinuaban anoche entre los alaridos del viento? ¿Qué voz misteriosa levantaba las cortinas d elos ecos? ¿Qué lamento afilado helaba la cerrada cabalgata de los vientos?

Es Octubre. Los vientos tienen ayes de hojas secas. Las hojas amarillas caen arremolinadas para prenderse en los celajes de los crepúsculos fríos.

Abuelita no salió hoy de su nido... Las hojas muertas han venido al encuentro de las mariposas. Bajan mariposas y suben hojas secas, a prenderse palpitantes en los ramúnculos.

¿Han venido por abuelita los vientos fríos de octubre? ¿Han bajado por ella las mariposas y se irá con las hojas marchitas, amarillas y blancas y encendidas?

Una voz perforó los silenciosos medrosos de la casa:

-¡Abuelita ha muerto!

-Abuelita...

-¡Muerta!...

Sí, muerta. Vinieron por ella los vientos fríos de octubre. Se va en la fiesta de las mariposas y de las hojas otoñales. Se va en la fiesta de las mariposas y de las hojas otoñales. Abuelita no será ya la achacosa contadora de cuentos que arrastra una pierna cuando se aleja de la cuna de los niños.

Ha muerto.

Un gran silencio negro se ha descolgado sobre la vida d ela casa en la que los niños juean a escondidas.

Se mueven de puntillas, se ríen de puntillas, untaditos de noche en un disfraz de angustia.

¿Los niños no han sentido a abuelita? Es que tienen el conocimiento supremo de la vida. Ellos saben más que los que vemos con los otros snetidos.

Ellos saben en dónde está abuelita. Juegan con ella todavía. Un día, uno de los más indiscretos, dirá de improviso: -Abuelita tenía las rodillas muy duras...

Y será porque habrá estado con ella en ese instante.

Inútil Impaciencia

Tranquilízate. Aplícate ese bálsamo; toma esa poción y, espera. ¿Para qué quieres saber lo que tienes, lo que pueda sobrevenirte? ¿Qué puede influir, tu conocimiento en los resultados?

¿No te das cuenta de que la verdad muy bien pudiera poner sobre tu pensamiento una corona de espinas?

Lo que interesa es que tengas fe, confianza; como la tengo yo en la fórmula del medicamento, en el laboratorio que me lo expende, en la experiencia de los que me han precedido.

¿A dónde iríamos a parar con tantas dudas?

¿Qué técnica complicada podría llevarme al esclarecimiento de todos los antros que podría crear la incertidumbre?

Hay momentos en que el conocimiento , sobre todo el conocimiento incompleto, es solamente tortura, tortura inútil.

Déjate guiar. Yo iré ahorrando tus fuerzas, apartándote las breñas para que pases, tomándote de la mano en la hora oscura. Déjate llevar.: yo voy a ser tu camino; pero no preguntes, cierra los ojos y avanza obedeciendo a la blanda presión de mi mano.

¿Para qué vas a apurar copas de angustia si no somos dueños del destino último?

Acaso tengas valor para saber la verdad que anhelas; sin duda serán mas llevaderas tus horas ignorando.

Toma ese frasco. Ahí está tu salud, la vida, si tienes fe. Si dudas aumentarás tu dolor con más punzantes síntomas. ¿Nunca has sentido dormirse el cansancio cuando ha encontrado un regazo en qué caer? ¿No has escuchado la canción de tus venas, de tus carnes, cuando el hijo del hombre ha encontrado en dónde reposar su cabeza?

Llegará la hora... ¿Cuándo? ¡Quién lo sabe! Cuando llegue nada aprovecha haberlo sabido o no. En tanto, ¡cuánto habrá aprovechado la fe frente al faro de la esperanza!

Durante mi ejercicio de modesto oficio de médico de aldea fui amigo de un tuberculoso en último período. Una noche me dijo: "Cuando me cure voy a regresar con mis padres. Tenemos allá trabajadores. Me han estado llamando". También lo estaba esperando una novia. A la mañana siguiente era un desposado de la muerte.

Vida Eterna

Día de difuntos. Mis muertos ya no están muertos. Muy poco tiempo duraron en ese estado inerte y frío en que los cirios y los rezos y los llantos dan la impresión de la muerte.

Mis muertos se levantaron de entre los muertos. Dejaron ya sus tumbas heladas en el fondo de los silencios. Ahora están conmigo, libres del dolor, libres de las asechanzas del mal, inaccesibles al calofrío de los cuchillos.

Ahí están con sus sonrisas, sus bondades, sus consejos. Han llegado a mi cielo sin pecado. Han dejado con la carne lo que era d ela carne. Y me han traído todo lo que era mío.

Cuando vienen los vientos de octubre; cuando se descuelgan las noches lóbregas; cuando inundan las calles los gritos puntiagudos y el sordo lenguaje de los motines; cuando se ciernen sobre la vida las nubes funestas de la desolación... mis muertos están tranquilos y yo estoy tranquilo por ellos.

A veces oigo sus voces claras: "Mejor no salgas esta noche. Cuídate esa fiebre. Abríate".

¿Te acuerdas, tu que andas entre la vida de mis muertos? Una vez te dije: "Mis muertos te quieren conmigo desde mi corazón".

Día de difuntos. Yo no tengo más muertos.