Empleos de Calidad

Los candidatos a la presidencia están empezando a ofrecer empleo como parte de su campaña. Para evitar caer de babosos necesitamos hablar sobre cómo lograrlo, qué entidades fortalecer y a quiénes atraer al servicio civil para lograr implementar las políticas necesarias.

La semana pasada, como parte del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), colaboré en la presentación de la propuesta institucional en materia económica, en la cual la creación masiva de mejores empleos es el eje principal. En dicha presentación contamos con los comentarios de Eduardo Velásquez, quien ha sido decano de la Facultad de Economía de la USAC, y de Víctor Suárez, empresario industrial y expresidente del IGSS. La discusión con ellos y con el público fue positiva. Claro, no siempre hubo acuerdos, pero hubo muchas coincidencias, lo cual es lo más valioso, pues podemos empezar por temas concretos que pueden generar cambios.

Uno de los temas claros en los que se generó consenso fue sobre apoyar el desarrollo tecnológico para incrementar la productividad en el país. Ello pasa por distintos elementos. Por un lado, apoyar con la capacitación y la adquisición de nueva maquinaria para empresas existentes con alto potencial de crecimiento. Por otro, apoyar la creación de laboratorios especializados para el desarrollo de nuevos productos con potencial comercial. Estas ideas no solo deben pensarse para sectores industriales existentes, como el de vestuario y textiles, sino también para sectores más tradicionales. Por ejemplo, debiésemos pensar cómo agregarles valor a los productos mineros y agrícolas del país, los cuales muchas veces exportamos como materia prima. Los mejores ejemplos son el café, el banano, el oro y el níquel. Pero también podemos pensar en muchos otros productos agrícolas menos tradicionales, como subproductos del aguacate o de las orquídeas. Esto debe ir acompañado por el fortalecimiento de la educación en el ámbito de diversificado y en el universitario, de modo que los jóvenes entren pronto en contacto con empresas donde puedan recibir capacitación en el manejo de equipo especializado.

El tema anterior se puede abordar de una manera distinta, como lo discutía recientemente con Rodrigo Méndez. Las funciones de investigación y desarrollo (I+D) pueden muy bien ser desarrolladas por el sector privado, algo que se ha visto en el sector azucarero con el Centro Guatemalteco de Investigación y Capacitación de la Caña (Cengicaña). Sin embargo, cuando es evidente que los sectores tienen potencial, pero no están logrando organizarse para generar su propio I+D, hay un rol importante para el Gobierno. Nuevos materiales o nuevos subproductos pueden encontrarse para el café, el banano, los minivegetales y el vestuario y los textiles. No debe ser gratis, por lo que puede pensarse en algún tipo de tributo específico para el tema. Pero lo que es importante es que se haga, pues puede generar muchas externalidades positivas, incluyendo mejores empleos.

Uno de los temas que no fue mencionado explícitamente en el informe y que muy atinadamente señaló el doctor Velásquez fue el tema ambiental. Creemos que existe un rol importante para que el Gobierno, con el apoyo a la tecnología, pueda forzar y colaborar con las empresas a mejorar los estándares productivos en el país. Lo que vemos en el lago de Amatitlán, por ejemplo, es algo para lo cual pueden existir políticas públicas en las cuales la tecnología y claros incentivos y castigos para el sector privado puedan ayudar a cambiar el desastre ecológico que estamos creando allí. Lo mismo en el río La Pasión.

En el tema laboral hubo coincidencia con el ingeniero Suárez, quien, habiendo estado a cargo del IGSS y siendo empresario, compartió sus experiencias sobre los problemas de crear empleo formal en el país. Sin embargo, no hubo coincidencia con el doctor Velásquez. Aunque comparto la misma preocupación de él sobre los bajos ingresos en el país, no estoy de acuerdo con que propuestas como el trabajo por tiempo parcial o el salario mínimo diferenciado no vengan a generar oportunidades laborales importantes en el país. En lugar de verlo como un margen adicional de explotación laboral, lo veo como un mecanismo de generación de empleo de mayor productividad (y de mayores ingresos) que si la gente debe depender de autoempleos poco productivos.

Por último, se generó una discusión interesante durante el evento y después de este sobre algo mencionado por el doctor Velásquez que iba en la línea de: «La burguesía chapina no tiene ni puta idea de cómo generar desarrollo económico»[1]. Aunque más de alguno en el público se escandalizó, yo le di la razón. Así como menciono en un artículo reciente en la revista Crónica, hemos perdido 30 años en los que apenas hemos sido capaces de crear crecimiento económico y buenos empleos de forma masiva. El gran creador de empleos formales en dicho tiempo ha sido el sector público, no el sector privado. Es necesario que reconozcamos que no lo hemos hecho bien y que debemos aprender a hacer las cosas de manera distinta. Aprender de nuestros abuelos, quienes sí lograron beneficios importantes para la economía guatemalteca entre 1950 y 1979, debería ser algo esencial. Asimismo, aprender de otros países, especialmente de algunos en Asia, que han logrado generar ese desarrollo para nuestro país.


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July 20th, 2015