IVA, Tipo de Cambio y Salario Mínimo

Quince años dando círculos: los mismos problemas pero cada vez peor.

Por curiosidad leí la propuesta de Política Industrial promovida por la Cámara de Industria de Guatemala en el año 2003. Tres de los problemas que allí se mencionan siguen generando problemas a los empresarios y, tras 15 años, no han mejorado sino empeorado: 1) la lenta y difícil devolución del IVA; 2) el tipo de cambio apreciado; y, 3) los aumentos del salario mínimo sin relación a la productividad promedio de la mano de obra del país.

Para los escépticos todo eso suena a excusas del sector privado para lograr desarrollo. Pero no es así. Para crear más empleo formal necesitamos que existan más fábricas y que sean más grandes. Eso sólo es posible con más exportaciones pues sólo así esas fábricas pueden vender más. Si la devolución del IVA es lenta y difícil, y el tipo de cambio está apreciado, se hace poco atractivo exportar: es más atractivo importar, lo cual genera menos empleo. Además, con un salario mínimo alto, esas empresas sólo van a estar interesadas en contratar jóvenes universitarios y usar máquinas, para evitar pagar a trabajadores de baja productividad. Por eso no debiera sorprendernos que el gran motor de creación de empleo formal en Guatemala ha sido el gobierno, el cual ha creado el 76% del empleo formal entre los años 2003 y 2016. (ver Gráfica 1). ¿Acaso no resulta raro que en el año 2016 el 50% del empleo formal sea generado por el sector público cuando el gasto de gobierno sólo es un 12% de la economía?

¿Qué podemos hacer ante este escenario? Ya he escrito, en este espacio, así como en otros, cómo necesitamos reformar la Ley del IVA (1); necesitamos repensar el salario mínimo porque dificulta la creación de mejor empleo formal (1, 2, 3, 4); y cómo necesitamos políticas macroeconómicas que permitan un tipo de cambio competitivo (1, 2 y 3).

Hay que tomar decisiones que dependen del Gobierno. Pero también es necesario que la élite del país comprenda claramente el problema para empezar a aterrizar las soluciones que necesitamos. Por eso mismo es importante recordar que durante esos quince años algunas cosas cambiaron. Pasamos de quejarnos de los altos precios de la energía eléctrica, que bajaron, para empezaron a quejarnos de la infraestructura del país, que se cae a pedazos e incrementa los costos de transporte para todos. Lo primero, nos muestra que buenas políticas con liderazgo pueden cambiar nuestros problemas. Lo segundo, que no podemos dar por sentado los avances logrados en los años anteriores.

Empleo formal –afiliados al IGSS, total y proporción correspondiente al sector público-

Fuente: Banco de Guatemala.