No es la empresarialidad

Necesitamos superar nuestra visión romántica de la empresarialidad.

Desconfío profundamente de los discursos que creen que con apoyar la empresarialidad en Guatemala vamos a resolver los problemas de pobreza del país. Tengo tres razones para ello.

Primero, en Guatemala abunda la empresarialidad. En distintas ediciones, el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) ha mostrado que Guatemala, en comparación con otros países, cuenta con una alta proporción de su población involucrada en la creación de nuevas empresas. Esto no debe sorprender, pues ante la falta de empleo muchos guatemaltecos deben crear sus propias fuentes de ingresos.

Segundo, con todo y todo, hay un ambiente cultural que es favorable a la empresarialidad. Claro que podríamos tener un pasado y un presente más favorables a esta, especialmente cuando reconocemos que la guerrilla atacó y asesinó a empresarios y que las municipalidades suelen limpiar las calles de vendedores informales. Sin embargo, nunca pertenecimos al bloque comunista, así que no es que haya existido en Guatemala una persecución sistemática de las actividades empresariales, como sí ocurrió en la China maoísta. Uno puede apreciar en la cultura guatemalteca cómo lo empresarial es cada vez más diverso, y ello se ve como algo positivo.

Tercero, como lo señala el primer punto, el problema no es de empresarialidad, sino de creación de empleo, es decir, de la capacidad de lograr que las empresas crezcan y ofrezcan empleos cada vez más productivos. La evidencia internacional apunta a que este problema no solo ocurre en Guatemala, sino que se da en los países en desarrollo, pues se observa sobreabundancia de micro y pequeñas empresas, mientras que las medianas y grandes están prácticamente ausentes. La evidencia internacional también apunta a que las usuales teorías microeconómicas resultan inadecuadas cuando se observa la evidencia sobre productividad (usualmente sesgada a favor de empresas grandes) y sobre la entrada y salida de empresas.

¿Qué necesitamos? Prestar más atención a las dinámicas que se dan en las empresas del país, lo cual debe empezar por generar encuestas regulares a las empresas nacionales de manufactura. Además, hay que reconocer que parte del problema es cómo logramos que las empresas guatemaltecas crezcan. ¿Cómo generamos un sistema legal que haga más atractiva la inversión de remesas y ahorros en empresas? ¿Cómo apoyamos a estas para que se muden a instalaciones más grandes y adquieran maquinaria más productiva? ¿Cómo apoyamos a las empresas para que puedan vender 100 millones de dólares al año en mercados internacionales?

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September 12th, 2016