Von Mises: el industrialista exportador

La derecha necesita repensar sus posturas en política económica.

Ludwig von Mises, un referente importante dentro de la derecha guatemalteca, no andaba promoviendo la agricultura ni el comercio ni la industria ni la minería como las fuentes del desarrollo.

¿Qué le recomendó Von Mises a México en 1943 para desarrollarse? Expandir la industria de exportación.

¿Qué le recomendó Von Mises a Austria en 1940 con miras a la reconstrucción que vendría después del derrumbamiento del nazismo europeo? Expandir la industria de exportación.

Solo hay una manera de incrementar los salarios de Guatemala: la expansión industrial orientada a la exportación. Eso habría sido algo que claramente habría dicho Von Mises si le hubiera dedicado tiempo a estudiar nuestro país. Pero, como no lo hizo, lo más cercano es prestar atención a las recomendaciones que sí les hizo a otros países que afrontaban el reto del crecimiento económico (Von Mises, 2000). Para muchos de sus lectores esto no es ninguna sorpresa, pues este sector genera mucho empleo y al mismo tiempo es donde se encuentra una de las mayores tasas de acumulación de capital por trabajador, lo cual lo hace más productivo y, por ende, más próspero. Sin embargo, para muchos otros sí es una sorpresa. Aun cuando Von Mises mantiene una postura de poca intervención económica, sus lectores no esperarían que él tuviese una particular inclinación a favor del sector industrial exportador. Sin embargo, es evidente que sí la tiene. Sus recomendaciones sobre infraestructura, comercio internacional y empleo van orientadas a fortalecer dicho sector.

Sus escritos sobre política económica son importantes para comprender el rol del economista cuando hace recomendaciones. Von Mises conocía muy bien el impacto que las políticas económicas pueden tener. Él colaboró con la reconstrucción de Austria después de la primera guerra mundial y posteriormente hizo recomendaciones al Gobierno desde la Cámara de Comercio de Austria. Sus escritos demuestran la necesidad de reconocer el contexto económico y político de los países. Por eso, cuando escribe recomendaciones sobre política económica, Von Mises es mucho más flexible de lo que suelen presentarlo muchas veces sus lectores en Guatemala. Por ejemplo, no se oponía a la educación primaria proveída por el Estado. Por otro lado, no favorecía la apertura comercial unilateral, pues consideraba que los aranceles compensatorios eran un derecho que las naciones debían ejercer cuando otros países no abrían sus fronteras. Y a quienes quieren llevarse una sorpresa les recomiendo ver su propuesta fiscal para la Austria de la posguerra. Es más: estaba dispuesto a no abogar por el patrón oro en el caso de México, pues reconocía que el contexto internacional del momento habría llevado a los exportadores mexicanos al desastre económico.

Valdría la pena que la derecha guatemalteca repasara las posturas de Von Mises en política económica. No porque lo diga Von Mises. Esto es ciencia, no religión. Vale la pena hacerlo porque sus recomendaciones demuestran que las propuestas sobre política económica deben responder al contexto que las requiere. Como dice Von Mises: «El retraso económico de una parte de la población mexicana dedicada a la agricultura justifica la intervención del Gobierno» (págs. 241-242). Seguro el retraso de la economía guatemalteca en muchas áreas justifica la intervención del Gobierno.